La renovación en la industria del cine y el sistema de estudio

Con la crisis del 29 el negocio del cine sufre en Estados Unidos una aguda caída de público. Coincide precisamente con la implantación del sonoro de manera industrial. Superados los primeros recelos la industria del cine emprende una reconversión equipando salas de exhibición y estudios con la nueva tecnología. Eso implica un crecimiento considerable del endeudamiento con las financieras de Wall Street, ya iniciado antes del sonoro, y obviamente el endurecimiento de los criterios de racionalización de la producción impuestos por bancos y financieras. Las consecuencias de ello son las siguientes: la necesidad de una renovación temática y el surgimiento de los géneros, la proliferación de secuelas y seriales, el desarrollo del star-system, la introducción y desarrollo de las técnicas de marketing y publicidad en el comercio del cine y la implantación del llamado studio-system.
Con el sistema de estudio se aplican las técnicas de trabajo en cadena a los centros de producción de películas y se coloca bajo contrato estricto a toda la “plantilla”: directores, actores principales y secundarios, guionistas, operadores, directores artísticos, encargados de efectos especiales, montadores, compositores, etc. ajustándose a las necesidades del estudio. Todos ellos se encuentran bajo el control absoluto de un jefe de producción, que es quien decide prácticamente todo.
Cada estudio se especializa en determinados géneros (la Metro-Goldwyn-Mayer por ejemplo, en musical y comedia) y se preocupa con especial cuidado en desarrollar un look visual característico a cargo del director artístico. Las estrellas en plantilla de cada estudio funcionan también como enseña de la casa.

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