Viaje a Nueva Orleans

1- Baltimore
2- Richmond
3- Estado de Virginia
4- Estado de Carolina del Norte
5- Estado de Carolina del Sur
6- Macon
7- Estado de Florida
8- Mobile
9- Nueva Orleáns
10- Delta del Mississippi

11- Estado de Luisiana
12- Río Sabine
13- Beaumont
14- Houston
15- Estado de Texas
16- El Paso
17- Tucson
18- Bakersfield
19- San Francisco

En el año nuevo de 1949, Sal, Dean, Ed y Marylou, emprenden el viaje hacia Nueva Orleans, donde las temperaturas son más cálidas.

“Pasamos como una exhalación junto a las misteriosas señales, blancas en la noche negra, de algún sitio de Nueva Jersey que decían SUR (con una flecha) y OESTE (con otra flecha) y seguimos la que indicaba el Sur. ¡Nueva Orleans! Ardía dentro de nuestras cabezas. Desde la sucia nieve de “la gélida y agotadora Nueva York”, como Dean decía, no pararíamos hasta el verdor y el olor a río de la vieja Nueva Orleans, en el fondo de América; luego iríamos al Oeste”. (p.176)

Pasan por Baltimore (Washington), Richmond y Testament (Virginia). Atraviesan Carolina del Norte y Carolina del Sur y pasan Macon (Georgia).

“(…) después de Macon me sentí agotado y desperté a Dean. Bajamos del coche a respirar un poco de aire puro y de repente los dos quedamos superpasados al darnos cuenta de que en la oscuridad que nos rodeaba todo era verde hierba fragante y olor a estiércol reciente y a aguas cálidas.
¡Estamos en el Sur! ¡Hemos dejado atrás el invierno! La débil luz del amanecer iluminaba brotes verdes al lado de la carretera. Respiré profundamente; una locomotora silbó en la oscuridad, camino de Mobile. Habíamos llegado”. (p.181)

Desde Macon (Georgia) cruzan al estado de Florida y llegan por la carretera de la costa hasta Mobile (Alabama).

“¡Florida! Rodábamos hacia la llanura costera y hacia Mobile; arriba se alzaban grandes nubes sobre el golfo de México. Sólo hacía treinta y seis horas que habíamos dicho adiós a nuestros amigos en la sucia nieve del Norte”. (p.182)

En Mobile se quitan la ropa de invierno y disfrutan de la temperatura del Sur. Al atardecer llegan a las bulliciosas calles de Nueva Orleáns. Nueva Orleans es una ciudad multicultural, con especial influencia francesa, española y africana. La mayor parte de la ciudad se encuentra bajo el
nivel del mar y está bordeada por el río Mississippi y el lago Pontchartrain, de manera que la ciudad está rodeada de diques. Es la ciudad donde surge el jazz por la combinación de tres tradiciones: la autóctona estadounidense, la europea y la de los esclavos negros que venían de África.
Meten el coche en el ferry y cruzan el río Mississippi rodeando Algiers.

“La brumosa Nueva Orleáns iba quedando atrás por una borda; la vieja y soñolienta Algiers con sus retorcidos muelles de madera se nos echaba encima por la otra. Los negros trabajaban en el caluroso atardecer, alimentando las calderas del ferry, que estaban rojas y hacían que olieran a goma quemada los neumáticos del coche”. (p.184)

“Desde las orillas donde hombres infinitesimales pescaban con caña, y desde los brazos del delta que se extendían por una tierra cada vez más roja, el enorme río jorobado rodeaba Algiers con su brazo principal, con rumor indescriptible. Soñolienta y peninsular, Algiers parecía condenada a ser barrida algún día con sus avispas y chozas. El sol declinaba, los mosquitos revoloteaban, las temibles aguas rugían”. (p.185)

En las afueras de Algiers pasan unos días en casa de Bull Lee con su mujer y sus dos hijos pequeños. En realidad Bull Lee es el escritor William S. Burroughs, amigo de Kerouac, que tenía una casa allí. Desde Argiers Sal, Dean y Marylou siguen su viaje hacia San Francisco pasando por Baton Rouge y cruzando de nuevo el Mississippi.

“¿Qué se siente cuando uno se aleja de la gente y ésta retrocede en el llano hasta que se convierte en motitas que se desvanecen? Es que el mundo que nos rodea es demasiado grande, y es el adiós. Pero nos lanzamos hacia adelante en busca de la próxima aventura disparatada bajo los cielos”. (p.202)

“Dejamos atrás la sofocante luz de Algiers, subimos al ferry de nuevo, estábamos otra vez entre los barcos fluviales hoscos, viejos y manchados de barro, luego de vuelta al canal, y después salimos de la ciudad. Íbamos por una autopista de dos carriles camino de Baton Rouge bajo la oscuridad púrpura: doblamos hacia el Oeste y cruzamos el Mississippi en un sitio llamado Port Allen: donde el río era todo lluvia y rosas en una nebulosa oscuridad y donde seguimos un camino circular bajo la amarillenta luz de la niebla y de repente vimos el gran cuerpo negro debajo del puente y cruzamos de nuevo la eternidad”. (p.202)

Atraviesan el estado de Louisiana, cruzan el río Sabine y toda una zona de pantanos.

“Rodábamos a través de la nublada noche de las llanuras de Louisiana: Latwell, Eunice, Zinder y De Quince, destartalados pueblos del Oeste que se hacían más parecidos a los del delta a medida que nos acercábamos a Sabine”. (p.202-203)

El río Sabine sirve de frontera entre los estados de Louisiana y Texas y desemboca en le golfo de México. Pasa por una de las más importantes regiones productoras de petróleo.

“Enseguida cruzamos el maldito río Sabine, responsable de todos aquellos pantanos. Vimos con asombro que delante de nosotros se levantaban grandes estructuras luminosas.
¡Texas! ¡Es Texas! ¡Beaumont, el pueblo petrolero!- Grandes tanques de petróleo y refinería parecían ciudades en el fragante aire aceitoso”. (p.204)

Atraviesan el estado de Texas pasando por Beaumont, cruzando el río Trinity y llegando a Huston.

“Estábamos cerca de Fredericksburg, en las grandes praderas. Fue uno de los peores inviernos de la historia de Texas y del Oeste, las vacas morían como moscas y nevó hasta en San Francisco y LA”. (p.207)

“Conduje cientos de kilómetros a través de los matorrales nevados y los escabrosos montes cubiertos de salvia. Pasaban vaqueros con viseras de béisbol y orejeras buscando vacas. De cuando en cuando aparecían casitas de aspecto confortable con la chimenea echando humo”. (p.207)

Pasan por el valle del Río Grande, que sirve de frontera entre México y Estados Unidos.

“A nuestra izquierda, pasamos los vastos espacios de Río Grande, estaban las áridas y rojizas montañas de la frontera mexicana, la tierra de los tarahumaras; un suave crepúsculo jugaba en las cimas. Delante se veían las lejanas luces de El Paso y Juárez, sembradas por un inmenso valle tan grande que se podían ver varios trenes humeando al mismo tiempo en diversas direcciones como si aquello fuera el Valle del Mundo. Descendimos a él”. (p.208)

Por la noche pasan por Las Cruces (Nuevo México) y llegan a Arizona al amanecer. Pasan por Benson, Tucson y cruzando los montes Techachapi llegan a Bakersfield (California). Siguen por Tulare, pasan por la afueras de Sabinal, Madera, Oakland y llegan a San Francisco.

“(…) llegamos a la cima y vimos extendida delante de nosotros a la fabulosa y blanca ciudad de San Francisco sobre las once colinas míticas y con el azul Pacífico y la barrera de niebla avanzando, y humo y doradas tonalidades del atardecer”. (p.217)

No hay comentarios: