La película está rodada enteramente en los platós de la Metro. Debido a que la mayor parte de la historia que cuenta el film está situada en el interior de los estudios cinematográficos, tanto los decorados como el atrezzo tienen que recrear este lugar. Cuidadosamente distribuídos todos los elementos nos muestran la verdad del cine en general, pero al mismo tiempo se nos ocultan las cámaras que están rodando la película que vemos. Cantando bajo la lluvia nos muestra la verdad de la película rodada dentro de la película que estamos viendo, pero sin embargo “nuestra” película sigue siendo una ficción.
La iluminación responde al tratamiento cómico que habitualmente adoptan los musicales, es decir, que se trata de una iluminación plana y carente de matices expresivos que sirve para resaltar el colorido.
Es muy importante la utilización de la música en la película ya que tiene un gran sentido dramático. Además la introducción de los números musicales en la acción se produce magistralmente. Esta transición suave se produce en parte por la utilización del sonido como ya hemos visto: primero los diálogos se aceleran, después se introduce la música y luego el canto.
Son espectaculares los numerosísimos movimientos de cámara que permiten seguir a los personajes tanto en el transcurso de la historia como en los números musicales, en los que la cámara sigue a los bailarines durante el desarrollo de su coreografía. También estos movimientos de cámara pueden tener un sentido expresivo: por ejemplo, en la secuencia en la que Don cuenta su pasado a toda la multitud que le espera en el estreno, la cámara se va acercando desde un plano americano hasta un primer plano de su rostro. Cuando acaba de contar su historia, la cámara realiza el movimiento inverso. También, sirven para expresar el sentido de la mentira del cine, los movimientos de cámara que son utilizados cuando, tras un plano que nos muestra un fragmento de película que está siendo proyectada, la cámara retrocede para enseñarnos la pantalla completa y la sala con el público. Se pasa así de una película, aquella que ven los personajes, a otra, la que ve el espectador.
Es espléndida la utilización de los movimientos de cámara y del montaje, siempre en relación con el baile y con la melodía y ritmo de la música. Sería muy extensa la descripción de todos los números musicales en relación con este aspecto. Por ello he seleccionado una de las escenas más famosas de la película que creo ilustra muy bien ese uso magistral de la cámara en relación con la coreografía y la música. Además en ella puede verse también la inserción suave del número musical en el desarrollo de la película. Se trata de la secuencia en la que Gene Kelly canta en solitario, bajo la lluvia, la canción Singin´ in the rain al mismo tiempo que desarrolla una compleja coreografía a lo largo de su paseo nocturno por la calle.
Don y Kathy están en la puerta de la casa de ella y antes de que concluya la conversación se inicia la melodía, para dar paso sin brusquedades al número musical. Los movimientos de Don para decirle al taxista que se vaya ya tienen un planteamiento musical. Aparte de su planteamiento, de la lógica introducción del número en el relato y de su sentido como expresión del sentimiento de Kelly, la secuencia sirve de forma espléndida para entender la forma en que Donen y Kelly entendían el musical. No se trata de que la cámara siga a los personajes en el baile, de que no se produzcan interrupciones (cortes de montaje) durante él, lo que se trata es de conseguir que el número musical tenga una estructura musical.
Cada corte, referido a esta célebre secuencia, se corresponde a un tempo musical completo: la música comienza con un ritmo calmado y la cámara se mueve en un travelling siguiendo al personaje; luego el personaje se para y la cámara se queda quieta mientras que suena el andante; por último, la cámara se mueve rápidamente con el allegro de la música y se va acercando de forma brusca al personaje principal hasta encuadrarlo en primer plano. Después de cumplir el tempo se produce un corte de montaje y se inicia el siguiente, que comienza de nuevo con un plano general del protagonista al que seguirá la cámara con un travelling. Cada uno de los tempos que se repiten a lo largo de la secuencia está rodado sin corte. En esta sucesión de tempi, el tiempo cinematográfico es el tempo musical, formando un todo.
El final de este número musical no se produce bruscamente sino que, con la aparición del policía que se acerca a reprender a Kelly, la música va haciéndose cada vez más suave (al igual que los movimientos de cámara) sonando de la misma manera que al comienzo, hasta que desaparece y se inicia la siguiente secuencia.
La iluminación responde al tratamiento cómico que habitualmente adoptan los musicales, es decir, que se trata de una iluminación plana y carente de matices expresivos que sirve para resaltar el colorido.
Es muy importante la utilización de la música en la película ya que tiene un gran sentido dramático. Además la introducción de los números musicales en la acción se produce magistralmente. Esta transición suave se produce en parte por la utilización del sonido como ya hemos visto: primero los diálogos se aceleran, después se introduce la música y luego el canto.
Son espectaculares los numerosísimos movimientos de cámara que permiten seguir a los personajes tanto en el transcurso de la historia como en los números musicales, en los que la cámara sigue a los bailarines durante el desarrollo de su coreografía. También estos movimientos de cámara pueden tener un sentido expresivo: por ejemplo, en la secuencia en la que Don cuenta su pasado a toda la multitud que le espera en el estreno, la cámara se va acercando desde un plano americano hasta un primer plano de su rostro. Cuando acaba de contar su historia, la cámara realiza el movimiento inverso. También, sirven para expresar el sentido de la mentira del cine, los movimientos de cámara que son utilizados cuando, tras un plano que nos muestra un fragmento de película que está siendo proyectada, la cámara retrocede para enseñarnos la pantalla completa y la sala con el público. Se pasa así de una película, aquella que ven los personajes, a otra, la que ve el espectador.
Es espléndida la utilización de los movimientos de cámara y del montaje, siempre en relación con el baile y con la melodía y ritmo de la música. Sería muy extensa la descripción de todos los números musicales en relación con este aspecto. Por ello he seleccionado una de las escenas más famosas de la película que creo ilustra muy bien ese uso magistral de la cámara en relación con la coreografía y la música. Además en ella puede verse también la inserción suave del número musical en el desarrollo de la película. Se trata de la secuencia en la que Gene Kelly canta en solitario, bajo la lluvia, la canción Singin´ in the rain al mismo tiempo que desarrolla una compleja coreografía a lo largo de su paseo nocturno por la calle.
Don y Kathy están en la puerta de la casa de ella y antes de que concluya la conversación se inicia la melodía, para dar paso sin brusquedades al número musical. Los movimientos de Don para decirle al taxista que se vaya ya tienen un planteamiento musical. Aparte de su planteamiento, de la lógica introducción del número en el relato y de su sentido como expresión del sentimiento de Kelly, la secuencia sirve de forma espléndida para entender la forma en que Donen y Kelly entendían el musical. No se trata de que la cámara siga a los personajes en el baile, de que no se produzcan interrupciones (cortes de montaje) durante él, lo que se trata es de conseguir que el número musical tenga una estructura musical.
Cada corte, referido a esta célebre secuencia, se corresponde a un tempo musical completo: la música comienza con un ritmo calmado y la cámara se mueve en un travelling siguiendo al personaje; luego el personaje se para y la cámara se queda quieta mientras que suena el andante; por último, la cámara se mueve rápidamente con el allegro de la música y se va acercando de forma brusca al personaje principal hasta encuadrarlo en primer plano. Después de cumplir el tempo se produce un corte de montaje y se inicia el siguiente, que comienza de nuevo con un plano general del protagonista al que seguirá la cámara con un travelling. Cada uno de los tempos que se repiten a lo largo de la secuencia está rodado sin corte. En esta sucesión de tempi, el tiempo cinematográfico es el tempo musical, formando un todo.
El final de este número musical no se produce bruscamente sino que, con la aparición del policía que se acerca a reprender a Kelly, la música va haciéndose cada vez más suave (al igual que los movimientos de cámara) sonando de la misma manera que al comienzo, hasta que desaparece y se inicia la siguiente secuencia.
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