Ever is over all (1997)


Por Clara Aparicio Yoldi
Octubre 2001

El espectador entra en una sala oscura donde dos grabaciones superpuestas se proyectan en una esquina.
En la primera proyección, una mujer pasea alegremente por la calle, como en un musical, y con un movimiento lento va rompiendo las ventanillas de los coches aparcados con una flor de gran tamaño.
El movimiento es lírico y desenfadado. El tiempo es subjetivo. “Slow motion is our deepest music[1]. Esto recuerda a la comparación que hacía Bill Viola de los videoartistas y los músicos, ya que ambos componen con el tiempo.
Otro elemento a destacar es la música, compuesta por ella misma, que también forma parte de ese mundo subjetivo que nos ofrece la artista. Es una música suave, con una melodía repetitiva y con sonidos electrónicos. La banda sonora es de una gran precisión en el sonido de cristales rotos. Se oye también una voz agradable que va cantando (“la la la”) y que contrasta fuertemente con la violencia del acto cometido (recuerda a La naranja mecánica). Además el rostro y la sonrisa de la mujer permanecen estáticos.
Quizás sea éste el vídeo más narrativo de los que se encuentran en la exposición. Utiliza elementos propios del lenguaje cinematográfico, como el misterio que provoca en el espectador la figura que aparece en segundo plano siguiendo a la protagonista. El espectador sólo puede ver que va vestida con un uniforme de policía. La figura se va acercando hasta que por fin consigue alcanzarla. El espectador descubre entonces que es una mujer, y que no sólo no le reprende sino que pasa de largo y le saluda sonriente.
Puede apreciarse en esta obra un aspecto importante que se repite en casi todos los vídeos de esta exposición: el enfrentamiento entre la civilización occidental y la naturaleza. La primera aparece representada con un elemento característico del progreso y la velocidad de nuestra época como es el coche. La naturaleza está representada con la flor, símbolo de su belleza. El tamaño exagerado de esta flor subraya la importancia que da la artista al elemento natural y la necesidad tan grande que siente a veces el ser humano de libertad, de transgredir las reglas de nuestra sociedad (“ever is over all”). Pero este enfrentamiento es tratado por la artista de manera agradable (característica propia del género musical) y con humor (la mujer mayor del vestido rojo no se extraña de que ella rompa los cristales). La artista cuenta con la complicidad del público, igual que la mujer paseante del vídeo cuenta con la complicidad de la mujer policía. Los guiños al espectador son continuos a lo largo de toda su obra. El público participa activamente en este juego irónico que propone la artista, experimenta y reflexiona.
Pipilotti establece una nueva relación entre la naturaleza, la mujer, la violencia y la belleza. Aquí la violencia aparece junto con la belleza de la mujer y de la naturaleza. Es el poder criminal de la belleza en sí mismo.
Puede entenderse esta obra como un trabajo feminista: “The phallic flower is wielded by a woman in a conservative dress; her counterpart, the woman police officer wearing the clothes of the state and representing the law of the father, applauds the power of the phallic woman” [2].
También hay que llamar la atención sobre la utilización de unos colores tan llamativos: los zapatos rojos (que recuerdan a los de Dorothy en El Mago de Oz), el vestido azul, la flor verde y amarilla...etc. La artista satura los colores en la máquina según confiesa porque: “En la vida real los colores son tan intensos que cuando ves las películas normales siempre te parecen algo desvaídos”[3]. La vida se parece más a una experiencia subjetiva distorsionada de sensaciones que a una supuesta imagen de lo real.
En la segunda proyección aparece un campo lleno de las mismas flores de colores luminosos. “Es como una pintura animada. El espectador capta la brisa, la manera en que la luz se mueve con el viento y las vibraciones de color, recordando a los cuadros de Monet o a los campos de trigo de Van Gogh”[4]. Los videoartistas utilizan la luz, igual que los pintores.
La obra combina lo narrativo y lo abstracto. Se establece una interrelación entre las dos proyecciones mediante la aparición de un primer plano de los zapatos rojos caminando en la segunda proyección y la aparición de un primer plano de las flores cuando finaliza la primera proyección.
Este díptico anima la historia del arte: Juntando las dos pantallas se suman el movimiento y la quietud. “La pintura de paisaje tiene una curiosa vitalidad y el movimiento lento y repetitivo contiene un estatismo curioso [5].

[1] “La velocidad lenta es nuestra música más profunda”. En Pipilotti Rist, Phaidon, 2001, p.62.
[2] “La flor fálica es sostenida por una mujer con un vestido conservador; su cómplice, la mujer policía que lleva el uniforme del estado y que representa la ley del padre, aplaude el poder de la mujer fálica”. En Pipilotti Rist, p.59.
[4] Por Peggy Pelan en Pipilotti Rist, p.59.
[5] Por Peggy Pelan en Pipilotti Rist, p.59.
[6] “El lenguaje de las imágenes encuentra un acceso más directo al subconsciente, donde los prejuicios sucumben, nos llevan lejos más fuertemente que las palabras”. En Pipilotti Rist, p.90.

No hay comentarios: