El guión

Sin tener la historia base de Cantando bajo la lluvia, Arthur Freed emprendió la producción de una nueva película que obtuviera tanto éxito como su anterior film An American in Paris (1951, Un americano en París) dirigida por Vincente Minnelli, que obtuvo, entre otros, el Oscar a la mejor película de ese año. Se le ocurrió la idea de utilizar sus viejas canciones escritas con Nacio Herb Brown para otras películas. Así que llamó a dos jóvenes y brillantes autores de revistas: Betty Comden y Adolph Green. Les contó la idea y les encargó un guión, sin especificar más detalles. Los guionistas comentan así la dificultad de realizar una película de catálogo:
Nos dieron los catálogos de las canciones...Lo único que nos dijeron es que escribiéramos una película y que metiéramos veinte de esas maravillosas canciones o todas las que pudiéramos en la historia[1].

La repetida audición de aquellas canciones en la oficina de Freed, ligadas todas ellas a las primeras películas musicales, llevó a los guionistas a la idea de situar la historia entre 1927 y 1931, en la época de transición del cine mudo al sonoro y de que tuviera como escenario Hollywood. En palabras de Comden y Green:
Escuchamos todas esas canciones y de repente nos dimos cuenta de que donde mejor encajarían sería en una historia sobre aquella época[2].

Freed decidió entonces confiar la película al tándem Kelly-Donen. Tal elección pronto se hizo sentir en el guión. La fantasía inventada con elementos reales por Comden y Green empezó a cobrar, con la colaboración de Kelly y Donen, un cierto aire documental (del que hablaré más adelante).
A través de unas declaraciones a Bertrand Tavernier y Daniel Palas para Cahiers du Cinéma en 1963, Stanley Donen habló de los dos guionistas con frases reveladoras de una gran admiración:
Sus guiones son completamente originales, cosa rara en la comedia musical, donde la regla es casi siempre la adaptación. Además poseen un espléndido conocimiento de su especialidad, son auténticos músicos y han colaborado en gran número de espectáculos y “shows”. Incluso han actuado en clubs nocturnos. Su sensibilidad en todo lo que concierne al género es inmensa[3].

[1] McGILLIGAN, P. Backstory 2. Entrevistas con guionistas de los años cuarenta y cincuenta. Madrid, Plot, 2000, p.75.
[2] Ibídem, p. 71.
[3] COMA, J. Centauros del desierto/ Cantando bajo la lluvia. Barcelona, Libros Dirigido, 1994, p.105.

No hay comentarios: