El primer flashback está situado en el salón de los duques de Osuna en Madrid y tendrá lugar alrededor de 1785, año en el que Goya inicia su relación con los duques. Además Goya todavía puede oír, por lo que será anterior a 1792, año en que contrae la enfermedad que le dejará sordo. En esta secuencia Goya nos explica sus intenciones de ascender y de llegar a ser pintor de la corte, por lo tanto sería el año de 1785-86 ya que en este último año Goya es nombrado pintor del Rey.
Los duques, generosos y cultos, influenciados por Francia, abrían sus salones para que aristócratas, artistas y hombres influyentes en la política se conocieran y relacionaran. La fina sensibilidad de la duquesa de Osuna debió de reconocer inmediatamente en el pintor al genio de la época y eso le llevó, no solo a contratarle como profesional en una larga y fecunda relación de trabajo, sino también a incorporarle a su círculo. Por tanto, en esta secuencia aparece Goya con unos cuarenta años y rodeado de personas importantes como los duques de Osuna con sus hijos, Godoy, la duquesa de Alba, la actriz Pepita Tudó, etc.
Del Goya de esta edad existe un autorretrato de 1787 en el Museo de Castres en el que el pintor aparece con el mismo pelo largo, moreno, recogido hacia atrás y con grandes patillas, aunque en él Goya lleva unas gafas que no tiene el personaje de la película.
De Godoy existen varios retratos pintados por Goya. El más famoso de ellos es el que le representa en la llamada “Guerra de las Naranjas” que se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y está fechado en 1801.
La duquesa de Alba fue representada en numerosas ocasiones por el artista, tanto en lienzos de gran formato como en pequeños dibujos, por lo que para la caracterización de este personaje se ha contado con más fuentes pictóricas que ninguno. Este personaje aparece varias veces en la película, como veremos más adelante, con distintos peinados y vestidos.
La película ilustra en esta secuencia cómo Goya y la duquesa se ven por primera vez, siguiendo la creencia de algunos críticos como Ezquerra del Bayo que piensan que su primer encuentro se produjo en la Alameda de Osuna.
El salón tiene un ambiente cortesano y dieciochesco y está iluminado por la luz de las velas de los candelabros que se reparten por la amplia sala. Al fondo se abren amplios ventanales y a los lados cuelgan numerosos tapices. El compositor Lucio Boccherini dirige a cinco músicos con sus violas y violines que interpretan en directo su Fandango del Quinteto opus 37, mientras que un bailarín con redecilla en la cabeza, traje de luces y unas castañuelas, baila con elegancia y sobriedad.
Los hombres visten a la usanza de la época y siguiendo la moda de Francia: pelucas blancas que adornan sus cabezas y harina de arroz sobre la piel, casacas y calzones cortos, medias claras y lujosos zapatos de suave piel y terciopelo.
Las mujeres van escotadas, vestidas con tules, sedas, mantillas y mantones de manila, la cintura apretada, enjoyadas con perlas y piedras preciosas.
El montaje de la secuencia sigue el ritmo de la música y va mostrando una serie de primeros planos de personajes que recuerdan a los retratos que realiza Goya. El vestuario está tratado con gran cuidado y la cámara nos muestra detalles como collares o anillos de personajes que reproducen con perfección las joyas que aparecen en los cuadros del artista.
Los duques de Osuna con sus dos hijas y uno de sus hijos escuchan educadamente la música sentados en un sofá de estilo francés. Este plano parece inspirado en el retrato de La familia del duque de Osuna que Goya pintó en 1788 (Madrid, Museo del Prado).
Los duques, generosos y cultos, influenciados por Francia, abrían sus salones para que aristócratas, artistas y hombres influyentes en la política se conocieran y relacionaran. La fina sensibilidad de la duquesa de Osuna debió de reconocer inmediatamente en el pintor al genio de la época y eso le llevó, no solo a contratarle como profesional en una larga y fecunda relación de trabajo, sino también a incorporarle a su círculo. Por tanto, en esta secuencia aparece Goya con unos cuarenta años y rodeado de personas importantes como los duques de Osuna con sus hijos, Godoy, la duquesa de Alba, la actriz Pepita Tudó, etc.
Del Goya de esta edad existe un autorretrato de 1787 en el Museo de Castres en el que el pintor aparece con el mismo pelo largo, moreno, recogido hacia atrás y con grandes patillas, aunque en él Goya lleva unas gafas que no tiene el personaje de la película.
De Godoy existen varios retratos pintados por Goya. El más famoso de ellos es el que le representa en la llamada “Guerra de las Naranjas” que se conserva en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y está fechado en 1801.
La duquesa de Alba fue representada en numerosas ocasiones por el artista, tanto en lienzos de gran formato como en pequeños dibujos, por lo que para la caracterización de este personaje se ha contado con más fuentes pictóricas que ninguno. Este personaje aparece varias veces en la película, como veremos más adelante, con distintos peinados y vestidos.
La película ilustra en esta secuencia cómo Goya y la duquesa se ven por primera vez, siguiendo la creencia de algunos críticos como Ezquerra del Bayo que piensan que su primer encuentro se produjo en la Alameda de Osuna.
El salón tiene un ambiente cortesano y dieciochesco y está iluminado por la luz de las velas de los candelabros que se reparten por la amplia sala. Al fondo se abren amplios ventanales y a los lados cuelgan numerosos tapices. El compositor Lucio Boccherini dirige a cinco músicos con sus violas y violines que interpretan en directo su Fandango del Quinteto opus 37, mientras que un bailarín con redecilla en la cabeza, traje de luces y unas castañuelas, baila con elegancia y sobriedad.
Los hombres visten a la usanza de la época y siguiendo la moda de Francia: pelucas blancas que adornan sus cabezas y harina de arroz sobre la piel, casacas y calzones cortos, medias claras y lujosos zapatos de suave piel y terciopelo.
Las mujeres van escotadas, vestidas con tules, sedas, mantillas y mantones de manila, la cintura apretada, enjoyadas con perlas y piedras preciosas.
El montaje de la secuencia sigue el ritmo de la música y va mostrando una serie de primeros planos de personajes que recuerdan a los retratos que realiza Goya. El vestuario está tratado con gran cuidado y la cámara nos muestra detalles como collares o anillos de personajes que reproducen con perfección las joyas que aparecen en los cuadros del artista.
Los duques de Osuna con sus dos hijas y uno de sus hijos escuchan educadamente la música sentados en un sofá de estilo francés. Este plano parece inspirado en el retrato de La familia del duque de Osuna que Goya pintó en 1788 (Madrid, Museo del Prado).
No hay comentarios:
Publicar un comentario