En la primavera de 1792 Goya tenía cuarenta y seis años, y en un viaje a Andalucía contrajo una terrible enfermedad que estuvo a punto de costarle la vida. Como resultado de aquello se quedó sordo. Esto aparece brevemente contado en la película.
Goya aparece en la cama y debido a la fiebre causada por la enfermedad comienza a tener visiones. Otra vez la pintura es aquí utilizada para representar las alucinaciones del artista. Éste observa un cuadro siniestro que cuelga de la pared en el que está representado un joven al que se le aparece el espectro de la muerte: una mujer cubierta con un velo negro, mitad esqueleto, mitad carnal. Goya centra su vista en el espectro e imagina la figura de la duquesa de Alba que vuelve a aparecer vestida de luto y que sale del cuadro para ir acercándose a la cama donde está tumbado el pintor.
Fue tras quedarse sordo cuando Goya comenzó a trabajar en sus Caprichos, que acabó en 1793. Siempre se ha asociado la sordera de Goya con esta serie de grabados y en anteriores films que tratan la biografía del pintor la representación de este hecho aparece ya como un tópico. Sin embargo, la manera en que aquí quedan asociados estos grabados a esta etapa de su vida es original: el personaje de Goya enfermo aparece ahora levantado de la cama y nos explica el significado de algunos de sus Caprichos.
El pintor se desliza por una estancia entre enormes reproducciones de estos aguafuertes que aparecen iluminados al fondo con una luz de color azul. De esta manera se nos muestran en la pantalla las siguientes obras: Tal para cual, Qué sacrificio!, Bellos consejos, Bien tirada está, Ya tienen asiento, Que viene el coco, Volaverunt y El sueño de la razón produce monstruos.
Goya aparece en la cama y debido a la fiebre causada por la enfermedad comienza a tener visiones. Otra vez la pintura es aquí utilizada para representar las alucinaciones del artista. Éste observa un cuadro siniestro que cuelga de la pared en el que está representado un joven al que se le aparece el espectro de la muerte: una mujer cubierta con un velo negro, mitad esqueleto, mitad carnal. Goya centra su vista en el espectro e imagina la figura de la duquesa de Alba que vuelve a aparecer vestida de luto y que sale del cuadro para ir acercándose a la cama donde está tumbado el pintor.
Fue tras quedarse sordo cuando Goya comenzó a trabajar en sus Caprichos, que acabó en 1793. Siempre se ha asociado la sordera de Goya con esta serie de grabados y en anteriores films que tratan la biografía del pintor la representación de este hecho aparece ya como un tópico. Sin embargo, la manera en que aquí quedan asociados estos grabados a esta etapa de su vida es original: el personaje de Goya enfermo aparece ahora levantado de la cama y nos explica el significado de algunos de sus Caprichos.
El pintor se desliza por una estancia entre enormes reproducciones de estos aguafuertes que aparecen iluminados al fondo con una luz de color azul. De esta manera se nos muestran en la pantalla las siguientes obras: Tal para cual, Qué sacrificio!, Bellos consejos, Bien tirada está, Ya tienen asiento, Que viene el coco, Volaverunt y El sueño de la razón produce monstruos.
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