Los contextos de producción

Según la teoría contemporánea de los polisistemas, un sistema, medio o género, no es jamás un conjunto aislado sino que forma parte de un polisistema, que es dinámico y se encuentra jerarquizado. Según esto toda adaptación es una representación reducida de la dinámica cultural del momento.
Orson Welles realiza la película de El Proceso en 1962, año en el que el cine negro se encuentra en declive debido entre otras cosas a su desplazamiento por la televisión. Muchos críticos coinciden en que el periodo clásico del cine negro comienza en 1941 con la película El halcón maltés de John Huston y finaliza en 1958 con Sed de mal de Orson Welles.
Welles hace una adaptación de El Proceso de Kafka en blanco y negro y utiliza el estilo que ya había utilizado en Ciudadano Kane, propio del cine negro clásico. Aunque la elección de El Proceso no es la primera opción de Welles, más tarde admitirá su satisfacción, ya que es la primera vez desde Ciudadano Kane en que tiene un control casi total en el proceso de producción.
Ante la acusación que le hacen de repetirse Welles dice:
“Digan lo que quieran, pero El proceso es el mejor filme que he hecho. Nos repetimos solo cuando estamos cansados. Bueno, pues yo no estaba fatigado. Nunca he estado tan contento como cuando hice este filme”. (SARRIS, Andrew: Entrevistas con directores de cine. Vol. II. Madrid, 1971. Edit. Magisterio Español. p.204)
Con Ciudadano Kane Orson Welles se estrena en el cine como actor y director. Esta película, considerada hoy como una de las mejores de todos los tiempos, tiene sin embargo, durante su estreno en 1941, una mala acogida por parte del público. Los malos resultados económicos provocan que los ejecutivos de la R.K.O. supervisen de cerca las labores de Welles. Así, en su segunda película como director, El cuarto mandamiento (1942), se encuentra con que el estudio impuso un final diferente al que él había escrito.
El extranjero (1945) y La dama de Shanghai (1948) suponen también unos fracasos comerciales. La fama que el director tiene dentro de la industria no puede ser peor. Le acusan de ser lento, de despilfarrar el dinero y de no aceptar la opinión de los demás durante el trabajo. Para demostrar que puede ser tan rápido rodando como el que más, recurre a su querido Shakespeare y rueda una versión de Macbeth (1948) en menos de un mes. Luego, se refugia en la interpretación, donde obtiene sonoros éxitos, como su célebre papel de Harry Lime en El tercer hombre (1949), de Carol Reed.
Resentido con los estudios norteamericanos, Orson Welles prefiere continuar su carrera en Europa. Y tras hacer una adaptación de Otelo (1952), rueda en España Mr. Arkadin (1955), curiosa obra en la que desempeña las funciones de productor, director, actor, guionista, director artístico y diseñador de vestuario. A pesar de ejercer tal control sobre la obra no consigue la aceptación del público.
Regresa a Hollywood para rodar Sed de mal (1958) y vuelve a Europa para realizar sus siguientes obras: El proceso (1962) y Campanadas a medianoche (1965), su último trabajo completo en la dirección.
El productor Alexander Salkind le propone a Welles la adaptación de una obra literaria. Le facilita a Welles un listado con más de cien textos literarios y le pregunta cuál le gustaría adaptar para cine.: “En la lista figuraba El proceso, de Kafka. Yo les dije que prefería hacer El castillo, que me gustaba más, pero ellos me persuadieron de que hiciera el primero. Yo tenía que llevar al cine un libro, no podía escribir un argumento original. Tan negativo como todo eso”. (BOGDANOVICH, Peter: Ciudadano Welles. Barcelona, Edit. Grijalbo. 1994, p.273)
En la película se cita la obra de Kafka al principio, cuando la voz en off de Orson Welles termina de narrar el relato “Ante la ley”, continúa: “Esta historia se narra en una novela titulada El Proceso”.
Y ya al final del filme, la misma voz en off de Welles dice: “Esta película, El Proceso, está basada en una novela de Franz Kafka”.

La novela de Kafka es una de sus obras más emblemáticas, escrita en lo esencial entre 1913 y 1915. El escritor checo no tiene intención de publicarlo y lo deja inconcluso a excepción de un precipitado final. Se publica por primera vez en alemán en 1925, un año después de su muerte. El orden de los capítulos de la novela es un misterio, pues el amigo de Kafka y editor de esa publicación,
Max Brod, los organiza de manera arbitraria e intuitiva a partir de los originales legados por el escritor, los cuales se encontraban depositados en tres sobres en un críptico sistema que sólo su autor podía descifrar y que Brod interpretó a su manera.
La existencia atribulada y angustiosa de Kafka se refleja en el pesimismo irónico que impregna su obra, que describe, en un estilo que va desde lo fantástico de sus obras juveniles al realismo más estricto, trayectorias de las que no se consigue captar ni el principio ni el fin. Sus personajes, designados frecuentemente con una inicial (Joseph K o simplemente K), son zarandeados y amenazados por instancias ocultas. Así, el protagonista de El proceso no llegará a conocer el motivo de su condena a muerte.Los elementos fantásticos o absurdos introducen en la realidad más cotidiana aquella distorsión que permite desvelar su propia y más profunda inconsistencia, un método que se ha llegado a considerar como una especial y literaria reducción al absurdo.

No hay comentarios: